Una empresa como la nuestra adquiere compromisos y obligaciones que tiene que cumplir siempre. Los clientes esperan que les sirvamos cada día porque ellos a su vez tiene que servir a sus consumidores. Este es el sistema en el que todos nos movemos, unos como clientes y otros como customers. Por eso no podemos defraudar nunca y tenemos que responder a los pedidos que nos llegan cada día para abastecer los mercados europeos.
La agricultura depende en gran medida del clima y las condiciones de temporada, factores totalmente imprevisibles que pueden echar a perder el trabajo de todo un año. Una granizada, una helada, una tormenta fuerte, lluvia de muchos días. Demasiados.
Para minimizar estos riesgos y cumplir con esa premisa, en Llusar hemos tenido que deslocalizar plantaciones con el objetivo de poder servir siempre a nuestros clientes. Y en cada lugar tenemos personas encargadas de supervisar todo este proceso.
Son miembros de nuestro equipo formados y con la capacidad necesaria para que todo salga como está programado.
Ellos son la clave.