La recolección de la fruta es la culminación del proceso de cultivo de los cítricos. Después de un año observando cómo crecían en cada uno de los campos repartidos por la geografía llega el momento de cortar la naranja.
Es un proceso que se ha de hacer a tiempo, esperando que tenga el punto deseado de acidez y dulzura, ni antes ni después. Siempre resultará una decisión compleja pero las personas de nuestro equipo tienen la experiencia y el conocimiento para saber cual va a ser el momento.
Hay que desplegar la logística. A veces los campos están en lugares más accesibles y otros más escarpados. Hay que reunir a la cuadrilla de recogedores con muy poco tiempo de antelación. hay que situar el terreno exactamente en el mapa. Hay que avisar al transportista para que acuda a dejar los cajones vacíos y para que después se los lleve cargados llenos de mandarinas para que sea pesada y salga con destino al almacén, donde cajones y fruta serán lavados y almacenados en las cámaras esperando el turno de envasado.
Si alguna vez has cortado una naranja con alicates te habrás dado cuenta que no resulta tan sencillo. Imagina cortar una a una hasta llenar los capazos requiere mucha habilidad y destreza. Y cada día llegan muchísimos kilos de fruta. Una tarea descomunal. Un gran esfuerzo físico.